¿QUE ESTÁ PASANDO CON EL “CUYABRITO DE ORO”?
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Quienes trabajamos por la cultura, vemos con indignación y dolor cómo la miopía para ver lo que significa en una sociedad la cultura se hace cada vez más evidente.
La diferencia entre la barbarie y la civilidad, entre la anarquía y la convivencia, reside en el acceso, promoción y democratización de la cultura. Las demandas de los políticos de turno no pueden ser pretexto para hacer del tema cultural, la trapeadora de la casa.
El poder del arte y de la cultura es el de interpretar y pensar la sociedad para transformarla. Los verdaderos rasgos de una sociedad o de un pueblo son los que vemos y sentimos a través de su cultura.
La transformación de cualquier ciudad, está directamente ligada a la promoción y desarrollo de sus potencialidades artísticas y culturales. La salud mental de nuestra población, la construcción de identidad y el reconocimiento del talento y del poder creativo, es una prioridad en todos los países civilizados. Será entonces que nosotros no lo estamos tanto.
Por eso los que trabajamos por y en pro de la cultura, vemos con preocupación cómo sin ningún criterio, las autoridades culturales de muchas ciudades (no de todas, afortunadamente) ven con poca importancia, eventos de trascendencia para la población sobre todo cuando en esos eventos es manifiesta la participación de nuestros niños y jóvenes, herederos de nuestras tradiciones.
Es el caso del Festival Nacional Infantil y Juvenil “El Cuyabrito de Oro” que ya llega a su versión número 11 y que se realiza desde su inicio en la ciudad de Armenia.
Resulta que sus organizadores, la familia Bastidas, tienen que luchar y rogar cada año para que los apoyen con $10.000.000 millones o algo menos, suma insuficiente para realizar un Festival Nacional, pero que ayuda muchísimo en su desarrollo.
Ante la falta de respuesta por parte de la Corporación Municipal de Cultura, y con los nervios ante la premura de un evento nacional, decidieron insistir hasta que por fin les dijeron, faltando solo un mes para el evento, que no contaban con presupuesto para ellos.
Ante esta dura realidad y con participantes ya seleccionados y confirmados con anterioridad de diferentes departamentos de la zona andina colombiana, el alcalde de Montenegro, James Cañas, ofreció su apoyo para asumir este compromiso con la cultura y no dejar huérfano un evento que tanto ha dignificado a la música colombiana a través de los años.
Confieso que me sorprendí cuando supe que el mandatario de Montenegro Quindío, había asumido el compromiso de apoyar éste evento cultural.
A veces cuesta trabajo comprobar que alguien con poder de decisión, crea que la cultura sí sirve, sí aporta y dignifica una nación.
Ahora resulta que como en Montenegro sí quisieron asumir el compromiso y ante el envío de un boletín de prensa por parte de la Fundación a los medios de comunicación anunciando que el Cuyabrito de Oro se realizaría fuera de Armenia, entonces ya les dijeron en la Corporación Municipal de Cultura que sí, que los van a apoyar y con más platica de la que pidieron. ¿Que tal?
Pero no…así no son las cosas. No se justifica que las ayudas se reciban por presión mediática.
Los encargados deben asumir responsabilidades y revisar siempre con cuidado las solicitudes que les hacen para realizar eventos culturales de trascendencia y sobre todo, resolver a tiempo.
Es cierto que no todo lo que se propone en cultura es bueno, pero se supone que para eso, para decidir con la mayor responsabilidad que se pueda, es que las personas que están al frente del tema cultural deben tener sobre todo, sensibilidad y sentido común.
Para colmo de males, la Fundación Festival Nacional Infantil de Música Colombiana Cuyabrito de Oro, salió a deber, porque les dicen en Corpocultura, que ellos se llevan el Festival de Armenia porque así lo quieren, pero no aclaran que no dieron ningún tipo de respuesta a tiempo, situación que obligó a sus organizadores a tomar decisiones rápidas que garantizaran el desarrollo del Festival.
Para mayor claridad, se adjunta el boletín de prensa enviado por la Fundación.
“La Fundación Festival Nacional Infantil de Música Andina Colombiana se permite informar que debido a las incertidumbres económicas generadas para nuestro evento, por la no confirmación a tiempo de la vinculación económica solicitada a la Corporación Municipal de Cultura y Turismo de Armenia, estando a menos de un mes del inicio del Cuyabrito de Oro y teniendo en cuenta que otros municipios Quindianos se mostraron muy interesados en vincularse a este proyecto cultural, se ha tomado la siguiente determinación:
La décima primera versión Nacional del FESTIVAL CUYABRITO DE ORO se realizará en las fechas ya establecidas: 6, 7 y 8 de Septiembre de 2012 en la PLAZA DE BOLIVAR del Municipio de MONTENEGRO QUINDIO.
La junta organizadora del Festival Nacional Infantil “CUYABRITO DE ORO” y su Dirección Artística quieren aclarar además, y a raíz de la información aparecida hoy en un medio de comunicación escrito de la ciudad, una imprecisión en dicha información ya que en las declaraciones dadas por nuestra Directora artística, en ningún momento se tocó el tema respecto a roces entre la administración local y departamental, situación que de existir, desconocemos totalmente.”
Atentamente,
TOBIAS BASTIDAS CUARTAS
Representante Legal
Así las cosas, Armenia se quedó sin Cuyabrito de Oro después de 11 años, pero se sentó un precedente, porque a la cultura se le debe correr como a cualquier otro tema de importancia.
Lastimosamente, el Cuyabrito de Oro es solo un pequeño ejemplo de lo que le sucede a los gestores que organizan festivales y encuentros culturales cada año.
Ustedes que piensan: ¿La cultura está de capa caída? o en éste caso particular sería mejor decir… ¿la cultura está decapitada?
Patricia Zorro Arellano
Periodista. Gestora Cultural