LUIS URIBE BUENO, EL MAESTRO “CHÉVERE”
Nació en Salazar de las Palmas, Norte de Santander el 7 de marzo de 1.916, tercero entre ocho hermanos. Estudio en el Colegio Provincial de Pamplona y fue allí donde recibió sus primeras clases de música.
El maestro Uribe vivió su juventud en las ciudades de Pamplona y Cúcuta. La primera melodía que compuso, probablemente con 16 años de edad, fue un pasillo llamado “Pupo”, que era el apodo de su primo Miguel Bueno.
En Pamplona formó un cuarteto compuesto por su hermano Rafael, por Otón Rangel, hermano del compositor Oriol Rangel, y un joven bumangués. Luego la familia se trasladó a Cúcuta donde recibió clases de violín con el maestro Pablo Tarazona e Ingresó a su orquesta Santander.
El trío “Los Norteños” se conformó en Cúcuta, integrado con su paisano Víctor “El Chato” Romero y Julio Pinzón, a quien después reemplazó “El Ciego” Luis Lizcano pero por recomendación del maestro José Rozo Contreras, viajó a Bogotá y obtuvo un contrato por 2 años en la Radio Nacional, considerada la emisora más importante del país. Se presentó además en la Voz de Bogotá, en la Emisora Nueva Granada, en Radio Cristal y en la Voz de Colombia. Sin dejar el trío “Los Norteños”, ingresó al quinteto “Luis A. Calvo” que fue grupo de planta de la Radio Nacional. Después hizo parte de la orquesta de Alex Tovar que actuaba en el Hotel Granada de Bogotá y que fué reemplazada por la del Maestro Lucho Bermúdez, de la cual fue contrabajista desde su fundación hasta el año 1.952; el encuentro con este gran músico marcó definitivamente su vida.
El maestro Uribe ingresó como contrabajista a la famosa orquesta de Lucho Bermúdez y con ella viajó a Medellín en 1948 para cumplir contratos en el Club Campestre y en el Hotel Nutibara.
El escultor Jorge Marín Vieco lo hospedó en su residencia campestre “Salsipuedes”, a la cual el maestro Bermúdez le dedicó su famosa canción. Allí compuso el pasillo “El Cucarrón” con el que ganó el concurso Fabricato en 1948. Ganó también en 1949, 1950 y 1951 con sus obras “Pajobam”, “Caimaré” y “El Duende”. Fue precisamente con “Pajobam” que comprobó que el bambuco quedaba mal escrito en 3/4 y esbozó su controvertida teoría de que debía ser escrito en 6/8.
Contrajo matrimonio con Fanny Cataño Jaramillo, unión de la cual nacieron sus hijos Jorge Enrique y Luis Guillermo, este último que se apasionó, al igual que su padre, por la música y la guitarra para luego juntos prensar el disco “Guitarra para los míos”
Ingresó a Sonolux en 1953 y se desempeñó como director musical hasta 1974. Viajó a México, aproximadamente en 1957. A su regreso a Colombia creó la orquesta Sonolux, y posteriormente el grupo típico de Luis Uribe Bueno, la Estudiantina Sonolux, el Sonoritmo, los Arrieros y los Comparsitos.
Grabó discos de impacto como “Nochebuena en Colombia” y además como intérprete en “Mis Tiples y Mis Guitarras”, “Guitarra para los Míos”, “Colombia en mí” y “Tiple Cumbiambero”.
Además de Lucho Ramírez y Garzón y Collazos, dirigió la grabación de discos de importantes artistas colombianos como Víctor Hugo Ayala, Helenita Vargas, Alberto Granados, Jaime Llano González, Obdulio y Julián y Los Hermanos Martínez entre otros.
En 1974 aceptó el ofrecimiento del compositor Jaime R. Echavarría (q.e.p.d.), por ese entonces gobernador de Antioquia, de asumir la dirección de Extensión Cultural del Departamento. Entre otros logros, creó en 1983 el programa departamental de Bandas Municipales, formó bandas en 56 municipios y escribió la música a por lo menos 40 himnos. Además creó más de 80 bibliotecas municipales y prestó ayuda técnica a más de 68. Se retiró del cargo en abril de 1981 y continuó como asesor artístico departamental. En 1989 la Gobernación lo declaró “Hijo Adoptivo de Antioquia”.
De la inspiración musical del maestro, el bambuco tristón recobró alegría de serenata con “El marco de tu ventana” (Letra del Maestro Victor “chato” Romero), al tiempo que sofisticaba su forma melódica y armónica en la música de “Reproche”, de la autoría de Chava Rubio.
El pasillo lírico ganó romanticismo con “Te extraño”, “Llámame” y “Qué importa”. Se dice que su obra instrumental “El cucarrón” partió en dos la historia del pasillo fiestero pues por su refinada elaboración se convirtió en reto para intérpretes virtuosos. Carlos Viecco (cénit de la música antioqueña) no dudó en señalar a Uribe Bueno como su compositor preferido.
“Son memorables aquellos jueves en los que el Maestro hacía de la música colombiana al nutrido público del Teatro Porfirio Barba Jacob de Medellín. Con ayuda de escogidos intérpretes, mostraba la diferencia entre el bambuco, el pasillo, la guabina y la riqueza sonora de un tiple, un requinto y una tambora”, escribió Tulio Elí Chinchilla en el diario El Espectador.
Como la mayoría de nuestros creadores musicales, Uribe Bueno llevó una existencia discreta, en condiciones modestas y sin asomo de soberbia. Nunca mostró intolerancia ni desprecio por tipos de música lejanos a los nuestros. A los 70 años, como cosa curiosa, manifestó su interés por el rock, música que despertaba su admiración, entre otras razones, por expresar la actitud “rebelde pero pacífica de nuestra juventud”.
Convergieron en Uribe Bueno el improvisador e intérprete, explorador de timbres y melodías, compositor atrevido e innovador, estudioso incansable de los ritmos andinos, gran trabajador de la educación y la cultura. Afirmaba con frecuencia “Vivo feliz con la música y por la música”.
Impulsó programas para: dotación de bibliotecas, el fortalecimiento de las casas de cultura; y bajo el lema “Un pueblo sin banda es un pueblo muerto” trabajó para que cada municipio antioqueño tuviera su propia banda de música.
No sólo era director, arreglista y virtuoso ejecutante de instrumentos de cuerda (contrabajo, guitarra y tiple), sino además compositor, cuya obra: el bambuco “Colombia mía”, resultó ganador del Festival de la Canción Colombiana de Villavicencio en 1.966.
La Fundación Maestro Luis Uribe Bueno, creada por León Darío Rojas, Diego Fernando Tabares, Arsitóbulo Duque, Berlinda Gil y Gonzalo Molina, permitieron que La Universidad de Antioquia, através del grupo de Investigación de Valores regionales, oficializaran en el año 2000 el proyecto de investigación “Luis Uribe Bueno, su vida y su obra”, recuperando la memoria musical del maestro y logrando el ordenamiento y protección de sus archivos; además de gestionar, con el respresentante Juan Ignacio Castrillón Roldán (q.e.p.d), la Orden de la Democracia del Congreso de la República y la Cámara de Representantes, el reconocimiento “Vida y Obra” de la presidencia de la República y el Título Honoris Causa de Licenciado en Música de la Corporación Universitaria Adventista. En el transcurso de su vida el maestro Uribe se hizo merecedor a más de 130 distinciones.
El busto en bronce que aparece en la foto, ubicado en el barrio San Joaquin, se entregó a la comunidad y a la ciudadanía en general en el año 2003, por acuerdo del Honorable Concejo y con la presencia de los alcaldes de Medellín y Salazar de las Palmas.
Murió en la ciudad de Medellín (Colombia) el 10 de julio del 2.000.