LEYENDAS DE LA RADIO DE PEREIRA, QUE DEJAN HUELLA
Abelardo Marín ya completa 62 años en la radio, y 51 en el periodismo, según sus propias cuentas.
La capital del país fue la primera en escuchar su fuerte voz cuando en 1962 empezó en Radio Renacimiento. De allí, fue a Voz de Bogotá, Radio Santa Fe y Radio Super.Los vaivenes de la vida lo llevaron a Cali, donde fue director del Noticiero Todelar desde 1964.
A sus 18 años, la radio ya era su pasión, a pesar de que en el periodismo había empezado desde los 15 años en la redacción del periódico El Colombiano, seccional Bogotá. En Cali, también trabajó en el Noticiero Todelar desde 1964. Luego pasó a RCN, Caracol y Radio Sutatenza.
Llegó a Pereira hace 35 años, y no fue para nada pequeño. Fue el primer jefe de redacción del periódico LaTarde, luego estuvo en Todelar, de donde salió el año pasado.
De A.M. a F.M.
Todelar lo vio salir el año pasado de sus cabinas, para verlo entrar a las de la emisora de la Policía Nacional. Allí se resguarda todas las mañanas desde muy temprano, a contarle a los oyentes de la 99.1 FM lo que pasa en la ciudad. Sin embargo, su esencia no cambia. Es un entrevistador incansable y consagrado. Aún se le ve con grabadora en mano en las ruedas de prensa y en búsqueda de la noticia, como pocos periodistas ‘de vieja guardia’.
Hoy en día, Abelardo dice que no ha dejado nunca de hacer lo que quiere, y se siente feliz de estar en la radio, donde se siente bien. Sin duda, un hombre hecho para entender y darle a entender a sus oyentes las realidades del mundo y las mentiras que algunos quieren mostrar. Sus ojos, inmensamente azules, representan la claridad con la que entrevista, y la humildad que demuestra a pesar de su gran experiencia.
Enrique Benavides se ha dedicado a la música.
Su imaginación le ha permitido tener al aire dos programas musicales a través de la emisora Remigio Antonio Cañarte. Con el programa El Jardín de la Abuela se permite convertir una cabina con cuatro sillas y cuatro micrófonos, en un maravillo e inmenso jardín al cual llegan cantantes de todas las épocas a engalanar las mañanas de una abuela que no tiene nombre ni edad.
Es un conversador sin límite y con energías superiores a las de un jóvenes de 20 años. En la Remigio lo conocen como DJ Kike, un alias juvenil que le viene como anillo al dedo gracias a su fluidez y a su buen sentido del humor. La primera cualidad para resaltar en Enrique es la capacidad que tiene para reírse de sí mismo, y para gozar la vida.
Desde 1975 se ha dedicado a la radio, pero además, después de tanto entrevistar a cantantes y artistas, escribió un libro sobe ello, que titula, Añoranzas Musicales.
Hablar de música con Enrique es hablar de su interpretación de la vida donde deja ver su corazón enamorado.
En cabina
Lleva un orden algo especial para grabar sus programas. Sus libretos, son una retaíla que sólo él entiende como si fuera un código secreto.Los libretos de Enrique solo son un escrito largo sobre lo que tiene que decir.De vez en cuando se desubica, y es cuando la operadora de radio le dice “no se alebreste que se equivoca”, y Enrique suelta una carcajada que hace perder todo tipo de tensión en el ambiente que rodea el sacar un programa al aire.
LUISA FERNANDA MAHECHA
Publicado en www.latarde.com