GENERAL

GUILLERMO GONZALEZ Y SU FERIA DE MANIZALES

Con algunos escritos periodísticos y referencias de la tradición oral, tratamos de reconstruir la vida del poeta de Anserma (Caldas), Guillermo González Ospina, a quien sólo se le conoce por su poema Feria de Manizales, pieza que llevó al pentagrama el músico y miembro de la banda española El Empastre,  Juan Mari Asins, fallecido el 9 de agosto de 2006.

Llama la atención que el pasodoble Feria de Manizales se interprete en cada faena gloriosa de los ruedos taurinos de la capital de Caldas y del país; y en los tablados, casetas, clubes sociales y fiestas en las ferias de enero, y que nadie conozca la vida y obra de su compositor. Es más, ni en la Academia de Historia de Caldas hay referencias ni fotografías de un personaje de la talla de Guillermo González Ospina. En su memoria, sólo el olvido y la ingratitud de sus coterráneos.

Sin embargo, algo hemos rescatado de sus 49 años de vida.
Nació en 1913 en Anserma, municipio del Alto Occidente de Caldas, conocido como Santa Ana de los Caballeros y donde poco o nada se sabe de su corta vida, pero fructífera existencia.

Guillermo González Ospina, autor de Feria de Manizales

Poemas
Son varios los poemas de Guillermo González Ospina, pero muy poco conocidos, por el imperdonable olvido de los caldenses en rescatar la historia literaria del escritor ansermeño y recopilarlos en una obra que perpetúe su memoria.

El periodista, poeta y escritor de Anserma,  Augusto León Restrepo y el periodista Orlando Cadavid Correa, quienes desde hace varios años han investigado sobre la vida y obra del poeta de las ferias, han contribuido con sus hallazgos, para escribir esta historia inconclusa.
Ellos han confesado con toda sinceridad, que sus intentos de hacer un compendio notable de González Ospina ha sido una tarea harto difícil, por la poca información que existe. Sin embargo, su contribución fue muy valiosa.

Augusto León Restrepo nos aportó un poema. “De la obra de González Ospina sólo conozco su  Salmo Imperial dedicado a la reina de la Feria de Manizales en 1957, Julieta Jaramillo Botero, año en que su obra inmortal, el pasodoble Feria de Manizales, se oficializó como el himno de las ferias de la capital caldense. Como todo poeta que se respete, era bohemio, enamorado y jugador. Lamento que ni en Anserma, ni en Manizales, ni en ninguna parte, se le haya hecho el reconocimiento que merece”.

Los Cantores de la Comarca. De izq a der: Guillermo González Ospina autor de la letra de Feria de Manizalez, Iván Cocherín y Javier Arias. Foto publicada por Papel Salmón de Manizales.

Feria de Manizales

El himno taurino de Colombia, Feria de Manizales, es la pieza más conocida, o tal vez la única, del poeta Guillermo González Ospina. Su obra maestra se hizo inmortal, quizás por la casualidad, o por el destino.

Cuando González Ospina escribió su letra, pensó en musicalizarla en ritmo bambuco. Buscaba quien se la llevara al pentagrama, cuando un día del año 1955, fue a la oficina de Óscar Hoyos Botero, el inspirador de la Feria de Manizales, y se la mostró.

Contaba el taurófilo manizaleño, Hernán Jaramillo Jaramillo,  en su libro Toros, que Óscar Hoyos Botero, al leer la letra de ese canto a Manizales, se llenó de entusiasmo y pidió a Guillermo González que se la cediera “para hacer de ella, con música torera, un pasodoble que fuera nuestro himno ferial. Con la audacia y optimismo característico, marchó Oscar a México en busca de don Agustín Lara, para que el precioso poema quedara convertido en música del gran compositor.

Por esta época, había contratado a la española Banda del Empastre para que actuara en nuestras ferias y allí encontró al compositor ideal: Juan Mari Asins, quien ni corto ni perezoso puso manos a la obra para dejar plasmado en música tan marcial como torera, la letra escrita por el inolvidable Guillermo González Ospina, que con el maestro Asins ha quedado incrustado en el escudo de nuestra ciudad y el pasodoble himno ferial es ahora un galardón, pues sólo se escucha en una corrida, cuando una gran faena así lo amerita.”

El pasodoble se interpretó por primera vez el 26 de enero de 1956 en la Plaza de Toros de Manizales.

Pero existen otras versiones acerca de tan notable pasodoble.

El periodista y comentarista taurino de Caracol Radio, Guillermo Rodríguez, comentó en un informe del 9 de agosto de 2006, cuando falleció Juan Mari Asins: “Dicen las malas lenguas que hay acordes en ese pasodoble  Feria de Manizales similares, parecidos o copiados, según el grado de la maledicencia, a «Carmen, señora de España…” Yo soy Carmen la gitana, cigarrera de Sevilla, que a los guapos de Triana hago andar de coronilla», etc.

Esa discusión está zanjada por la grandeza del pasodoble, por su estructura melódica y rítmica, por la aceptación popular, por su calidad letrística y musical”.

Rodríguez expresó en su nota periodística que el maestro mexicano Agustín Lara fue invitado por los años 50 a Manizales, según le contó en una entrevista Óscar Hoyos Botero. “La idea era que conociera la ciudad, la feria y que si de pronto se inspiraba, le compusiera un pasodoble. No pudo ser. El compositor se tomó todo el whisky que le ofrecieron, admiró la belleza de nuestras mujeres, degustó nuestra comida, fue a las corridas, se divirtió y al despedirse les dijo sobre el pasodoble, algo así como  Ya veremos«.

En efecto, no se concretó, pero Manizales tuvo la suerte de que el autor de piezas tan emblemáticas como Novillero o Silverio, compusiera la música  tal poema de Guillermo González Ospina.

La versión de Augusto León Restrepo es como sigue: “Óscar Hoyos Botero le llevó la letra a Agustín Lara y le ofreció 20 mil dólares para que le pusiera música al poema de González Ospina. Lara rechazó el ofrecimiento aduciendo que la letra y la música de sus canciones siempre habían sido y lo serían de su propio caletre. Entonces, Hoyos se la entregó al Maestro Asins, director del Empastre, y éste inmortalizó el maravilloso pasodoble, que he tenido la oportunidad de oír como marco a grandes faenas en las principales plazas del mundo taurino”.

Lo cierto es que el pasodoble Feria de Manizales lo interpretó por primera vez la banda El Empastre en 1956 en la Plaza de Toros y hoy es una pieza musical considerada un clásico que identifica las fiestas taurinas de los ruedos colombianos. La letra del pasodoble Feria de Manizales, que inmortalizó a Guillermo González Ospina dice así:

Fiel surtidor de hidalguía, Manizales rumorosa,
bajo tu cielo de rosa canta el viento su alegría.
Tan dulce es la tiranía de tu belleza preclara,
que antes de que yo te amara, mi corazón te quería.

Ay! Manizales de malva; ay, Manizales de ensueño,
con los zafiros del alba borda su ofrenda mi ensueño.
Ay! Manizales de plata; ay Manizales de armiño,
prende a tu cuello de nácar el collar de mi cariño.

Toro de pena y desvío sobre el redondel del sonoro;
fingen caracolas de oro las «Carretas del Roció».
Toda la feria es un río de júbilo y azucena
y el sol cierra su faena con banderillas de estío.

Ay! Manizales de malva, ay, Manizales de ensueño,
con los zafiros del alba borda su ofrenda mi ensueño.
Ay! Manizales de plata, ay, Manizales de armiño,
prende a tu cuello de nácar el collar de mi cariño.

Cuando la tarde congrega sus claveles de verano,

El Ruiz con perlas ufano, teje guirnaldas de entrega.

Y cuando el sol se doblega sobre el paisaje ambarino,

alfombras de solferino sobre tus callados riega.

Ay! Manizales de malva; ay, Manizales de ensueño,

con los zafiros del alba borda su ofrenda mi ensueño.
Ay! Manizales de plata; ay, Manizales de armiño,
prende a tu cuello de nácar el collar de mi cariño.

Ay! Manizales de miel; ay, Manizales de arrullo,

para el nardo de tu piel, pule abanicos mi orgullo.

Premonición

En los días previos al terremoto del 30 de julio de 1962 que estremeció a Manizales, cerca de las 3:15 de la tarde, el poeta Guillermo González Ospina departía sus acostumbradas noches de bohemia en el bar Tropicana, frente al teatro Cumanday. Esa noche de tertulia con los poetas Fernando Mejía, Dorian Uribe, Iván Cocherín y Óscar Rubio, tuvo una fatal premonición. Relata el periodista Orlando Cadavid en una de sus columnas semanales  Contraplano, que el poeta ansermeño  solicitó la presencia en el establecimiento de la calle 20 entre carreras 22 y 23, del maestro Carlos Sarmiento Segovia “para que tomara la foto del grupo literato porque tenía la certidumbre de que uno de los contertulios iba a morir muy pronto.  El inspirado bardo que le cantó divinamente a la Feria de Manizales no precisó en el marco de la tertulia si el sombrío augurio tenía que ver directamente con él”.
El poeta Óscar Rubio contó a Cadavid Correa que González Ospina intercalaba sus tareas poéticas con las de funcionario de la Central Hidroeléctrica de Caldas, (Chec), empresa a la que estaba vinculado a la hora de su muerte, ocurrida durante el temblor a poca distancia del “Tropicana”, sitio de encuentro  donde intuyó con anticipación que la muerte rondaba cerca.

El día del terremoto, el poeta González Ospina estaba en la librería  Atalaya de Jorge Escobar Betancurt. A los pocos segundos de salir del establecimiento, ubicado en la carrera 23 con calle 20, el movimiento telúrico estremeció fuertemente la ciudad. Pedazos de una pared que se desprendieron con el terremoto, acabaron con la vida del creador del inmortal pasodoble Feria de Manizales, a sus 49 años de edad.

El artículo original fue publicado en http://www.eje21.com.co/