LUIS ANTONIO CALVO
El nombre del compositor Luis Antonio Calvo (Gámbita, Santander, 28 de agosto de 1882) – Agua de Dios, Cundinamarca (22 de abril de 1945) es fundamental a la hora de hablar de música andina colombiana con elementos provenientes de la academia y de la influencia europea al servicio del bambuco y el pasillo.
De origen humilde, Calvo se inició en la música mientras trabajaba como mensajero en el almacén musical del maestro Pedro José Gómez León, quien le impartiera las primeras lecciones. Ello le permitió su ingreso a la Banda Departamental de Boyacá como ejecutante de percusión menor mientras adelantaba estudios de violín. En la Academia Nacional de Música estudió gracias a una beca concedida por sus aptitudes y la calidad de su danza Libia, compuesta durante su época en Boyacá.
En 1916 se le diagnosticó la enfermedad de Hansen o lepra, por lo que se trasladó al pueblo de Agua de Dios, donde fue tratado y donde permaneció hasta el final de su vida, produciendo allí la mayor parte de su obra musical. En ocasiones salió del sanatorio donde estaba internado para dar presentaciones artísticas en diferentes ciudades, una de ellas tuvo lugar en Bogotá para dirigir la Orquesta Sinfónica de Colombia en la presentación de su obraEscenas pintorescas de Colombia.
En 1942 se casó con Ana Rodríguez, quien vivía en el sanatorio acompañando a una hermana enferma y, gracias a ella, se erigió un museo en Agua de Dios que lleva el nombre del maestro y que hoy en día se considera patrimonio cultural del pueblo. Algunas versiones afirman que se curó de la lepra pero que quiso seguir viviendo en el sanatorio, aunque otras aseguran que nunca pudo aliviarse de su enfermedad, el caso es que ninguna de las dos versiones puede ser confirmada porque su expediente médico fue destruido al igual que algunas de sus obras.
Son famosos sus “intermezzos” (1, 2, 3 y 4); sus danzas “Aire de afuera”, “Malvaloca”, “Añoranzas”, “Perla del Ruiz”, “Rubia espiga”, “Madeja de luna”, “Ruth”, “Adiós Bogotá”, “Simpatía”, “Emilia II”, “Qué delicia”, “Gacela” y “María Elena”; sus bambucos “El republicano”, “Rosas de la alborada” y “Yerbecita de mi huerto”; los pasillos “Genio alegre”, “Noel”, “Trébol agorero”, “Entusiasmo”, “Emmita” y “Arroyito que murmuras”. También compuso valses, marchas, pasodobles, tangos, gavotas y caprichos, configurando así una exquisita obra que ha sido motivo de estudio e interpretada en el repertorio nacional.
Artículo original publicado por https://www.radionacional.co/artistas/70-anos-sin-luis-calvo