Benigno Núñez y el Festival Mono Núñez
Artículo original publicado en http://dintev.univalle.edu.co/cvisaacs
Benigno Núñez Moya “El Mono”
Benigno Núñez, de acuerdo a su biógrafo, Octavio Marulanda, pese a su legado en el terreno musical, es un personaje casi ausente de la historia colombiana. La insularidad de su existencia como artista puede constatarse en tanto que:
Nunca salió del país,
Nunca grabó un disco para difusión de su obra,
Nunca escribió una partitura,
Nunca figuró en las reseñas de intérpretes y compositores de moda,
Nunca recibió apreciaciones de la llamada “crítica musical' y, porque, además, fue autodidacta.
Benigno Núñez, o “Mono Núñez”, como es conocido popularmente, nació el 6 de enero de 1897 en la hacienda La Betulia, corregimiento de Las Playas, dentro de los márgenes de lo que hoy se conoce como el Municipio de Ginebra, Valle del Cauca. Hijo de Benigno Núñez, de quien heredó su nombre, y doña Tránsito Moya, EL ”Mono” demostró un talento prematuro para la música, la cual fue el motor de su existencia.
Desde muy niño el “mono” comenzó a descubrir su afecto por este arte, inicialmente por medio de un acordeón que le regaló su padre cuando contaba con 6 años de edad. Este fue su primer instrumento, el cual comenzó a tocar con la orientación de su madrina Elisa Mann y José Joaquín Soto experimentado acordeonista de la ciudad de Palmira, ciudad en la que se radicó El niño Benigno, para comenzar sus estudios en la escuela de los Hermanos Maristas. Durante estos años sus inquietudes musicales se acrecentaron y fue así como el mismo José Joaquín Soto mandó a fabricarle un instrumento de guadua, a manera de bandola, la cual terminaría por caracterizar su larga trayectoria musical.
Hacia 1908 se trasladó a Buga con el fin de proseguir sus estudios secundarios. Fue en esta ciudad donde comenzó a involucrarse paulatinamente con un ambiente musical mucho más especializado. Para esta época estaban de moda entre algunos grupos cultos bugueños, reunirse alrededor de sesiones musicales en las que se alternaban recitales de piano que nacían de las partituras de los grandes clásicos, con fiestas al ritmo de tiples, guitarras y bandolas que daban lugar a ritmos tradicionales como el bambuco, las guabinas y los pasillos. Por este tiempo el “mono” comienza a serenatear y amenizar algunos de estos eventos sociales junto a otros compañeros aficionados a la música.
Ahora bien, la auténtica etapa de perfeccionamiento alrededor de la música comienza para el “Mono Núñez” cuando a sus 15 años conoce a Pedro María Becerra y a Tulio 'Pescuezo' Gáez, al lado de los cuales comienza a consolidar su historial artístico. Es precisamente junto a estos dos compañeros, además de Samuel Herrera, Lisandro Rengifo, Ernesto Salcedo y Antonio José Ospina, que en 1914 el “Mono”conforma su primer grupo musical: La Estudiantina Guadalajara, bajo la dirección del maestro Manuel Salazar, quien le enseñó a Núñez a perfeccionar su ejecución de la bandola. De igual manera, es significativo destacar la participación del “Mono” en el trío Tres Generaciones junto a Gustavo Adolfo Rengifo y Rafael Navarro, grupo en el que tocó la bandola hasta el final de sus días.
Es importante resaltar que la carrera del “Mono” Núñez alrededor de la música dependió esencialmente de su pasión y sus habilidades naturales y autodidactas, puesto que nunca estudió este arte formalmente. En su favor contó con un oído fino y una memoria prodigiosa de la cual se cuenta que una vez aprendía las partituras, jamás las olvidaba. Sus cualidades como intérprete dieron cuenta de una impecable técnica interpretativa que demostró fundamentalmente a través de los instrumentos de cuerda. Como compositor lo distinguen sólo algunas piezas que pasaron a la posteridad: la gavota “María”, la danza “Italia”, la mazurca “Ana María” y los bambucos “Salospi”, “Ocasos” y “Belén”. Un repertorio un tanto limitado que ha suscitado algunas críticas a su trascendencia.
En 1924 contrae sagradas nupcias con Ana Julia Lince en la ciudad de Guacarí, Valle del Cauca. D
e dicha unión nacerían 6 hijos: Tulio Enrique, Álvaro, María Teresa, Gloria, Melba Julia y Maricel. Ninguno de ellos heredó su dedicación por la música, aun cuando pudieron escuchar a su padre después de los 90 años tocar la bandola y el tiple con admirable dinámica y lucidez.
El 'Mono Núñez' falleció el 31 de diciembre de 1991, en la víspera del año nuevo, a seis días de su cumpleaños número 95, en su terruño natal, Ginebra. Pese a la larga carrera musical como intérprete, compositor y maestro, los reconocimientos a su obra musical no fueron muchos. En su nombre, sin embargo, si se han entregado muchos premios a lo más selecto del talento de la música andina en el popular festival anual que lleva su nombre.
FESTIVAL MONO NÚNEZ
En el año 1974, cuando el “Mono” contaba con 77 años de edad, se celebró en Ginebra, Valle del Cauca, el primer Festival de Música Andina Colombiana, evento que fundó la tradición anual que por aclamación popular fue llamada Festival Mono Núñez. La iniciativa nace de un grupo de lugareños entre los que se cuenta al Señor Luís Mario Medina y la hermana Sor Aura María Chaves, rectora del colegio La Inmaculada, plantel en el que se celebró la primera versión de este encuentro. Para la historia quedaron el solista de tiple Gustavo Adolfo Rengifo y la cantante Maria Eugenia Valderrama, primeros ganadores del concurso.
Posteriormente, para 1976, gracias a la acogida del evento este mismo grupo de personas gestiona el establecimiento de la Fundación Funmúsica Andina de Ginebra, la cual asume la organización anual del festival hasta convertirlo en el más importante concurso y encuentro de música Andina Colombiana que reúne participantes venidos de todo el país, que deleitan al público al son de bambucos, pasillos, guabinas, rumba carranguera, sanjuanero, rajaleñas, torbellinos y otros ritmos propios de la música andina.
El festival cuenta con el concurso de catorce participantes, los cuales pueden ser solistas o grupos, en cada una de las dos modalidades: vocal e instrumental. Se someten a un proceso de selección. Inicialmente han tenido que inscribirse en alguna de las doce sedes de Promúsica, ubicadas a lo largo de la región andina nacional. Presentan una audición musical ante un jurado calificador, el cual envía a Ginebra un video de las presentaciones acompañado de sus apreciaciones personales sobre cada concursante. Ya en Ginebra un comité especializado evalúa y selecciona entre todos los aspirantes los 28 elegidos que competirán por los dos premios del concurso: El Gran Mono Núñez Vocal y el Gran Mono Núñez Instrumental.
Al margen del concurso central, en el marco del festival se realizan algunos eventos paralelos entre los que se tiene el Concurso de Expresiones Autóctonas, en el cual se presentan solistas o grupos musicales que recogen los ritmos y la tradición popular, especialmente campesina. De igual manera, se cuenta con el Festival de la Plaza, acto que transcurre actualmente en el Parque de la música, el cual se construyó en las afueras de Ginebra y sustituyó la tarima que se instalaba en el parque central de Ginebra, en la que se presentan los concursantes oficiales del Festival y otros grupos invitados, los cuales prenden la fiesta toda la noche hasta el día siguiente. Por otro lado, se cuenta con los Conciertos Dialogados, los cuales constituyen un espacio en el que los artitas se sientan alrededor de grupos de seguidores dando lugar a placenteras tertulias que giran en torno a la música andina. Por otra parte, se tiene el Encuentro Mateo Ibarra Conde, que convoca a los talentos infantiles alrededor de la música colombiana venidos de diversas regiones del país.
El Festival Mono Núñez llega en el presente año a sus 38 años y paulatinamente se ha ido constituyendo en una institución que reúne cada año, durante cuatro días del mes de junio, a músicos e intérpretes de Música andina en el pueblo natal del “Mono Núñez”.
Artículo original publicado en:
Centro Virtual Isaacs
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